miércoles, 29 de abril de 2020

Analisis de las constituciones


A pesar de más de una sarta de guerras civiles y de constituciones transitorias durante el siglo XIX, a finales de este siglo (1886) emerge la elocuencia de una constitución basada en los principios culturales de una revolución cultural que surge a partir de la división de los principios de Santander y del grandilocuente Bolívar. 

A partir de este sentimiento histórico, donde comienza la hegemonía conservadora que logró 105 de estabilidad de una constitución con principios meramente conservadores, donde la iglesia católica logró mantener un monopolio en el poder religioso y el imperio de la ley solventó el desarrollo del país, que tuvo dos hechos importantísimos en el devenir político y económico de Colombia, la reforma agriara de 1936, que fue un modelo exportado de la revolución mexicana, y la reforma de 1968, donde las mujeres lograron ser activas en el desarrollo político, ya que lograron formar las filas de la democracia participativa de la patria.

Ha pesar de tantos hechos que transcurrieron durante más de un siglo de supremacía de la constitución de 1886, se logró tejer una nueva forma de entender la democracia colombiana.  Casualmente, el génesis de la constitución de 1991, tiene ciertas características similares a la constitución de 1886, una serie de conflictos internos (guerra bipartidista, guerra de guerrillas, el comunismo latinoamericano emergente), se logró fundamentar una posible reforma constitucional, que al final fue la supresión y el remplazo de una constitución conservadora, dogmática y fundamentado en la doctrina cristiana, a una constitución abierta, retomando los principios franceses “libertad, Igualdad y fraternidad”, donde transforma el estado de derecho “el imperio de la ley”, donde la ley es absoluta, a un estado social de derecho donde se propende por la justicia social.

Pasamos, en la constituyente de 1991, de un estado católico, confesional a un estado laico sin compromiso religioso.  De un estado Conservador, donde las normas estaban fundamentadas en el respeto absoluto de la ley, a un estado donde prima la persona ante la ley. Después de un estado de derecho, donde la ley esgrime a cualquier error o condición humana, a un estado social de derecho, donde lo humano prima y se restablece la justicia social. De una idea económica muy hermética, donde el desarrollo comienza desde dentro, a un modelo abierto absoluto, donde la competencia determina el desarrollo del país, que en definitiva cambió la mentalidad del ciudadano colombiano.

miércoles, 22 de abril de 2020

¿Cómo harán?


Durante esta situación calamitosa y de autoexilio de casi todo el mundo, hemos tenido más contacto con las redes sociales, de una u otra forma, estos espacios cibernéticos nos dan un perfil de lo que somos, de lo que pensamos, de lo que queremos y es un reflejo de nuestra identidad humana, cada quién es su propio universo.

Sin embargo, dentro de todas las personas hay unas que me generan mayor inquietud, los que saben todo, lo que saben de economía, saben de epidemias, de política, de medicina, de sociología, de psicología, son terapeutas, músicos, editores, ingenieros, mejor dicho, Da Vinci sería un “explorador” a comparación de estos personajes que emanan por  toda la red.  Lo más simpático es que cuando usted habla o interactúa con ellos, son simples mortales, tan normales como cualquier otra persona, no tienen súper poderes, no tienen la capacidad de una discusión que eduque, que forme o transforme, sus arrogantes posiciones ideológicas elimina cualquier intento de debate.

Confieso que en algún momento me creía así, tenía ideas superficiales que asumía con una petulancia enciclopedíca, al mejor destilo de Denis Diderot, creía que mi opinión era la máxima expresión de la civilización, pero la realidad humana me generó un choque intelectual, académico y pragmático, entendí que una persona es como una golondrina, haciendo referencia al viejo refrán que “una golondrina no hace el verano”, sin embargo, en el trasegar académico y profesional entendí que la diferencia es la que construye, sin salir de lo establecido en la naturaleza.  Justamente los que antes juzgaban y sentenciaban mi forma de pensar, ahora son exponencialmente más hostiles e impertinentes; nada les sirve, todo es un problema menos lo que ellos proponen, que en realidad sí son dificultades de carácter estructural.  Si el gobierno hace algo, son ladrones, si la oposición hace algo, son héroes; si su maestro político hace algo, son venerados mesiánicamente, si el ejercicio natural dice algo, son errores divinos, una serie de contrariedades que da impotencia, ni siquiera motiva la discusión, como decía el viejo sabio árabe: ¿De qué sirve discutir con necios y cismáticos?.

Los juicios de valor de estas personas están cargados de odio, que generan división, sus posiciones motivan la revancha y la venganza.  Personas que pudieron hacer mucho, pero ahora son simples individuos que tienen el derecho de opinar, y de oponerse a los dictámenes de la lógica natural, pero sus argumentos no trascienden de odio, de fanatismo y de díscolas opiniones superficiales.  Personas que se sienten oradoras en sus entusiasmos, pero que destrozan el “buen vivir” de los humildes; manejar las cifras, las noticias, los estudios, es bastante fácil, lo difícil es llegar a la verdad, es defender la verdad, pero no se puede hacer apología a la certeza a partir de comentarios inútiles y de sentimientos de animadversión.

Igualmente, todos los que opinan así, en contra del sistema capitalista, en contra de las determinaciones del gobierno, que asumen de manera categórica que toda acción política es una acción corrupta, han sido beneficiados de estos modelos, son profesores, funcionarios, concejales, ex funcionarios, tienen créditos con los bancos, votan por sus candidatos y lo más contradictorio de todo, es que son responsables del devenir de este valle de lágrimas.

martes, 14 de abril de 2020

Día 104 – 105


Las personas solo leen lo que les interesa, leen  por ejemplo el amarillismo propio de estas fechas, que van, ven y discuten las decisiones de los gobernantes, otros prefieren leer cosas que poco nutren el ingenio humano; confieso que yo he sido de estos dos enfoques, incluso he creído arrogantemente que tengo la solución a esta situación, pero  no, son simple impulsos emocionales que solo llevan a discusiones bizantinas que no llevan a nada.

Es trágico lo que sucede en el mundo, nadie lo niega, pero cada persona es un mundo diferente, cada quién tiene que sobrevivir con lo que posee, se privan de muchas cosas, ya los lujos y la excentricidades quedaron consignadas en las redes sociales.  Y el desespero se va incrementando con la incertidumbre, el implacable tiempo sigue su implacable curso y el mundo sigue dando vueltas, unos dicen que se está dando un descanso, otros dicen que se está curando de nosotros, y hay un montón de teorías conspiratorias que solo contribuye a alimentar la curiosidad y la fantasía de estos claustros.

Desde mi deliciosa, extraña y fascinante reclusión con mi familia, he pensado muchas cosas, por azares del destino me he enterado de detalles tan mínimos de la existencia humana, gente que necesita un pañal, gente que necesita un abrazo, gente que necesita su reconocimiento, gente que simplemente necesita vivir.  Curiosamente todos estamos en alguna de estas categorías; los delicados funcionarios esperando su honorarios, los fatigados comerciantes necesitan producir, porque la ganancia se da cuando hay producción, sino este sería el sueño comunista, que el proletario viva de la riqueza del burgués, el que vive el día a día, con su negocio casual, que las deudas siguen intactas como la luz del sol.

El vivir es una situación compleja, la exigencia del modelo de sociedad (no de Estado) exige un intercambio de bienes y servicios, la máxima dinámica del mercado que toda oferta tiene su demanda.  Mucha gente necesita vender sus servicios y sus productos, esta larga pausa abruma, porque esos bienes y servicios se cambian por dinero, que sirve para comprar mas bienes y servicios que el individuo necesita, y así se va incrementando el ovillo del mercado.  Mi discusión realmente no es económica, ni política, ni social, ni religiosa; me divierte ver personas que creen que si el Vaticano dona toda su riqueza el mundo va a cambiar, o las personas que le echan la culpa a los gobiernos por sus malas acciones, o lo que tienen una idea metafísica de una conspiración mundial para el advenimiento alienígena, eso nutre el humor del mundo, pero no deja de ser vanidades infantiles y sin sentido.

Sé que a titulo personal no soy el más adorable de todos, tengo detractores que creen que yo represento un ala radical que acabará con el perverso confort de algunos líderes que no aportan nada y que viven de recuerdos, que en este caso, lo difunden como memoria.  Sé que creen que soy el prototipo de político corrupto, que de mí no sale sino odio, rencor y veneno para lo que no piensan como yo.  Quizá en el fondo me gusta que piensen así, porque no lo soy, sé lo importante de la historia y sus resultados en prospectiva, sé lo fundamental que es la diversidad de pensamientos y opiniones, soy absolutamente consciente que la política se resuelve con política, de la que aprendí leyendo; los que me critican así es porque están acostumbrados a la rapiña del tesoro público, porque la gente presume que ser político es sinónimo de poder absoluto, algo así, como lo llamamos los politólogos, un catrocentrismo abrumador y omnipotente.

De mí solo sé que hay tres elementos que giran en torno a mi vida forma: Dios, fuente suprema de toda ciencia, creador absoluto de todo lo que sabemos, Omnipotente, Omnipresente y Omnisapiente, que lo canalizo por lo que es la institución religiosa más importante que hay, la iglesia católica. Mis contradictores se burlaran de eso, pero en mi despojo humano sé, que por más que critiquen, no deja de existir/ser.  Creo en la familia, la única institución natural por excelencia, la tradicional, la de papá, mamá e hijos, no la artificial inventada para descomponer el tejido social, creo que es la fuente suprema de las capacidades del individuo, en la familia se crea, se recrea y se transforma.  Creo en la patria, ese pedazo de tierra que motiva a defender, que ahora es indefendible, porque ya no hay nación, ya no existe noción real de lo que nos motiva, el amor patrio se convirtió en gustos extranjeros, pero yo sigo con la idea romántica y necesaria que se debe querer lo que por ventura nos tocó.   

A mí también me tocó “la mala hora”, también me siento con la frustración que no les vaya a faltar nada a los que están conmigo, a los que debo defender por instinto natural, también tengo miedo que las cosas sigan de la misma forma y que en un tiempo, lo que ahora abunda, en un futuro no sea sino fotografías y bonitos recuerdos; ya no puedo criticar a nadie, no me motiva, aunque a veces den razones y expongan sus acciones de una manera histriónica, yo también sufrí el poder político, y ahora, no soy ni la sombra de lo que fui, mi ilustraciones intelectuales se van disipando por no afectar el confort de otros, me da rabia, pero me la trago rezando el pater noster; en mis actuales despojos puedo decir dignamente que estoy desempleado desde hace 105 días, que lo único que sale son convocatorias que son montajes para cumplir con la obligación de la publicidad.  Me siento desesperado, el reloj menciona que es la 1:00am, y yo sé que no soy el único noctambulo que cree que los minutos de por la noche son más rápidos, quizá solo me lean 6 personas, siendo muy optimista, porque este no es un articulo que critique al alcalde o que desnude las inquietudes de mucho, sin embargo, si usted me leyó hasta aquí, mi corazón, mis ojos y mi ser esta en profunda gratitud, porque se tomó 10 minutos para entender que la orfandad del poder es tan descarada, que los que antes me llamaban para pedirme favores, ya no me contestan el teléfono, porque creen que se los voy a cobrar, y en realidad es para decirles que a pesar de todo, los días se siguen gastando.

domingo, 12 de abril de 2020

La carta de Laureano Gómez que parece escrita hoy

“Bogotá, octubre 24 de 1918.
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Mi muy querido Arturo:
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Mis dos últimas cartas las he dirigido directamente al Archipiélago, directamente, porque Miguel Aguilera me aseguró que así iban más directamente y también más seguras. Que con el intermedio del Suro corrían riesgo de que a él se le olvidarán; pero como no he vuelto a tener noticias tuyas, temo que el camino no haya resultado muy seguro y que ya estés inculpándome incumplimiento. Hoy vuelvo a usar el antiguo camino.

Aquí hay de nuevo una epidemia de grippa que tiene alarmada la ciudad. Por lo pronto tiene paralizada la vida; las oficinas están casi todas cerradas; los colegios lo mismo; se han suspendido los exámenes hasta en las facultades; se han ordenado cerrar teatros y cines y por las calles no se encuentra un alma de noche. Al principio fué cosa de risa: todo el mundo estornudando. Pero luego empezó una forma que llaman cerebral y empezó a morir gente de repente en la calle, especialmente entre los obreros. El pánico ha ido creciendo. Los entierros pasan continuamente. El problema se ha agravado por los sepultureros unos están enfermos, otros se han muerto en el oficio, no se consigue quien quiera hacerse cargo de él y según dicen, hay momentos en que más de cien cadáveres esperan regados en los corredores de las bóvedas que los pongan bajo la tierra. Por de contado nadie quiere ir al Cementerio y los entierros, aun los de personas notables, van sin acompañantes.

Entre las personas conocidas han muerto, el senador Antonio Regino Blanco y su esposa, con unas pocas horas de intervalo, el senador Manuel José Soro, antioqueño, el Dr. Fernando Cortés Monroy Gonzalo de Santamaría, Ricardo Vinagre Acevedo, la señora de D. Modesto Cabal, una muchacha Pradilla, muy bonita, que estaba dando golpe y se iba a casar; un sobrino de Chepe Guzmán, hijo de Ezequiel; el pote Camacho, el hijo de Nemesio, que era muy buen estudiante de medicina; y mucha gente pobre que cae fulminada en las calles.

Por lo que dicen los periódicos, la epidemia es universal, aunque en el resto del país no se conoce. Pero en los EE. UU. han muerto de élla, Gabriel Suárez O, el hijo de D. Marco, Luis Alejandro Caro y un hijo de Manuel E. Puyana.

Ya ves que cada año tenemos la visita de alguna calamidad pública. La de este año ha causado ya más víctimas que los temblores.

Las autoridades han dejado mucho que desear. Bien es verdad que con la mula de Santiago Castro de Alcalde poco hay que esperar.

Se ha formado un comité de socorro que preside el Dr. Dávila F, formado por Julio Portocarrero, y gente por el estilo; por eso podrás calcular la estupidez del Alcalde. Julio Portocarrero se dedicará a socorrer a los horizontales, que como duermen siempre bien abrigados, son los que menos necesitan auxilio.

Por supuesto que hay escenas curiosas. Los peluqueros hace quince días están en la lata, porque nadie se manda afeitar ni recortar el pelo por miedo a la bronconeumonía.

Afortunadamente en las proximidades del grupo no ha habido hasta ahora ninguna desgracia. Al decir esto, mejor al escribirlo, toco madera para alejar el presagio.

Como comprendes lo que ocurre trae un apagamiento en las demás cosas, política inclusive. En materia de negocios la situación empeora. La prohibición de exportar café que acaban de hacer los EE. UU. ha traído el alarma más inconcebible. Hay hacendados que salen por las calles hechos unas furias, pidiendo que entremos en la guerra, que nos anexionemos a los yanquis, cualquier cosa, pero que les compren su café. Por su parte, el larguísimo verano arruinó las sementeras, atrazó los ganados y los orejones de la Sabana están también inconsolables. La grippa vino a determinar la carestía del mercado, lo que ha motivado conatos de bochinche. Un limón vale diez pesos. Una naranja cinco. Una botella de leche, doce. Una libra de carne veinticinco. Una pastilla de eucaliptol, tres pesos. Et sic de caeteris.

Y que opinas de la guerra? Sin duda contagiamos de nuestra jettattura a los alemanes. Ya ni los más optimistas ponen en duda que la guerra está perdida y en las peores condiciones; el aceptar en principio la devolución de Alsacia – Lorena indica cuanto ha tenido que doblegarse el orgullo alemán. Si al menos la paz nos trajera bienestar por otros caminos... Pero aun eso dudo. Como la guerra no nos perjudicó en exceso, tampoco la paz se preocupará de beneficiarnos.

De ayer a hoy han muerto de la peste Santiago Pombo Arboleda y Dña. María Brigard de Putman. Hace tres días había muerto Ana Brigard de Uribe, esposa de D. Carlos Uribe.

Ya vez que la crónica es nutrida aunque nada alegre. La novedad mas cercana al grupo le ocurrió al viejo León que se le murió una sirvienta en la casa. Amaneció rígida en el comedor con una panela en la mano.

Cuéntame detalles de tu vida insular. Y dime si ya te vas acostumbrando al trato de los adventistas. Aquí han aparecido varios artículos, entre otros uno de Salvador Iglesias, en los que propugnan por la conveniencia de vender el Archipiélago a los americanos antes de que nos lo quiten. Yo creo que en cuanto lo necesiten no se ponen en el trabajo de comprarlo, sino que lo toman.

Escríbeme y recibe el abrazo estrecho de tu fiel amigo,

Laureano”.

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