lunes, 28 de mayo de 2012

La República inservible


Estamos en un Estado social de derecho, y no me voy a cansar de decirlo, aquí tenemos libertad de expresión, libertad de culto, y sobre todo, una libertad de pensamiento que ningún dirigente lo puede opacar.
Es inconcebible que en pleno siglo XXI haya personas que están en el Estado y no tienen la más mínima idea de República, consideran que son el poder supremo y que encima de ellos está DIOS.  No existe argumento alguno para dejar que esta “autoridad” haga y des-haga sin resentimientos ni escrúpulos.  No puedo permitir que el patrimonio público sea administrado como patrimonio particular, y por eso hago el énfasis en República.
La República quiere decir que todo pertenece a todos, respetando la intimidad de cada persona, es la máxima expresión de libertad, un Estado que se considera República debe entender que todo lo que es de él no puede ser del dirigente de turno, sino que es de todos, orientado por unas normas superiores, no por un ser que se hace llamar supremo, sin tener la más mínima comprensión de política, que suele confundir la política con simple proselitismo, que deroga su responsabilidad política (no voluntad política, esta expresión es detestable para un estado republicano) y contrata personajes siniestros que se convierten en defensores del oprobio y la mentira.
Es peor aún, cuándo el gobierno lo toma personas que tienen como grandes virtudes la arrogancia y la prepotencia, dejaría a la deriva su responsabilidad como dirigente para ser parte de un espectáculo peor que la de un circo, que sus acciones dependan más de la farándula interna, que de sus hechos ventajosos y producentes.
La historia nos puede cobrar nuestro silencio, así como lo han cobrado tantas victimas de ladrones inservibles que se dicen democráticos  y se creen reyes, y que al final son regicidas que acaba con la soberanía de un pueblo a costa de especulaciones triviales, considerándose así el dueño absoluto de su insignificante poder, que no trasciende en firmas y puestos de lujos que no se merecen. 
No encuentro la razón sociológica de que cada pueblo se merece el dirigente que tiene, comparto más, que el pueblo se deja chantajear por pusilánimes ideas que construyen mediocridad y estancamiento; no puede existir un motivo claro y coherente para reducir un pueblo, quizá el mismo pueblo tiene la culpa, pero hay que reaccionar, hay que ser POLÍTICOS, en el sentido que no podemos dejar que las cosas fluyan, teniendo a la mano el arma más pacifica de todas, el debate.
Propongo la unidad de un pueblo para el desarrollo de este, un pueblo que sepa escoger dirigentes inteligentes, no intelectuales criticones, pero si personas capaces de entender la necesidad de un pueblo, no el egocentrismo de un individuo educado de buenas intenciones y malas amistades.
Propongo dejar el miedo, debatir con ideas y argumentos claros, no con insultos rebuscados ni visiones rebujadas.
Raúl Vélez Tamayo
Presidente Directorio Municipal Conservador

Algunas anotaciones históricas de Granada


En un evento que hubo en la Academia Antioqueña De Historia en la ciudad, tuve un pequeño percance con el presidente del centro de historia (valga la cacofonía) Juan de Dios Gómez de Castro de Granada -que por voluntad del cielo es mi hermano mayor-, una pequeña riña referente a la fecha de fundación de Granada, que para obra y gracia de los historiadores no se ha llegado a un consenso.

Un miembro del centro de historia de Jericó me preguntó la fecha de fundación de Santa Barbara de los Baos, hoy Granada, yo aprendí por cultura, más que por historia, que la fundación se dio un 31 de enero de 1807, con la celebración de la primera misa precedida por el presbítero Jorge Ramón de Posada y Mauris, segundo libertador de Antioquia. Ese fue el detonante de un pequeño debate originado por un simple dato. 

El señor presidente del centro de historia, empezó a alegar, vituperar y exigir la existencia de documentos históricos que comprueben la fecha que yo dije, alegando que hay un antecedente que aclara que Santa Barbara de los Baos (Granada) fue fundada en 1805, dos años antes de mi apreciación cultural.

Es claro que la historia general surge justo cuando el hombre empezó a escribir, pero hay historias que no se han definido, como la historia de Granada, nadie sabe, ni si quiera el ilustre presidente, cuándo fue el momento exacto de la fundación de mi pueblo; es claro que el debate está, y el centro de historia tiene ese compromiso con Granada, pero hay que dejar en claro que la verdadera fábula, la que nunca se escribió y que quedó en el pasado, no se ha dicho y nunca se va a decir.

Además, la historia es más que fechas o un suceso cronológico que define el futuro de una comunidad, en este caso, la historia está construida por una cultura anecdotaria u oral, que dejó para la posteridad que Santa Barabara de los Baos fue fundada por Jorge Ramón de Posada, también hay que decir que en la historia que se está reescribiendo uno se encuentra que este señor, más que fundador, fue contradictor de nuestra fundación, pero que jugó un papel importante para la cultura histórica del municipio y del departamento. Ahí está la paradoja de nuestra cultura histórica.

Definir la fecha de la fundación de Granada es un reto inútil, en el sentido que van a haber historias encontradas, cómo: mucho antes de la primera ceremonia litúrgica ya había un asentamiento humano en el paraje “Las Vegas”, que incluso antes de que don Juan de Dios Gómez de Castro juez poblador del sitio de Santa Barbara de los Baos mandara la papelería al Gobernador de Antioquia ya había un antecedente de organización  social, además de que esa tierra fundacional pertenecía a don Juan Salvador de la Serna militar español, dando por resultado una serie de fundadores que están lejos de la realidad alegada por mi querido presidente.

Lo importante es que la historia está para construirla, y no se construye censurando la opinión de los demás, la suma de opiniones genera temáticas para investigar, la fundación de un pueblo, basado en nuestra identidad, se esconde detrás de nuestra religiosidad, de nuestra fe católica, de la Iglesia y de sus pastores, justificando entonces que, efectivamente la fundación de nuestra identidad se dio el 31 de enero de 1807, con la primera eucaristía.

jueves, 24 de mayo de 2012

Cuestión de vida


No quiero ser irrespetuoso, pero tampoco me gustaría ser laxo frente a mi comentario de unarticulo que leí hoy: “Cuestión de Aborto”. Personalmente no me gusta, sentí al leerlo que hace una apología al aborto, más allá de la sentencia de la corte o de un asunto natural.  Yo no soy juez, ni tampoco soy parte, ni mucho menos soy Dios, ni el procurador, ni un violador, ni un violado, ni la niña de 12 años que usted menciona ahí, pero sí soy un milagro; mi madre me tuvo cuándo ella tenía 46 años de edad, cómo ve también se encontraba en altísimo riesgo, después de 24 abortos naturales que la afectaron seriamente, y le repito la pregunta ¿Qué hace una anciana con un bebé? lo digo en términos de que ya no tenía leche para amamantarme, o la crisis física de su pasado con embarazos fracasados hizo mella en su figura y en su salud.  Ahora no soy exitoso, ni un ministro, ni tampoco un premio nobel, pero si soy algo más que eso, el resultado de la fe de mi madre al Sagrado Corazón de Jesús.
Otra historia que quizá no le afecte, quizá parezca rebuscada, o una invención de esos mensajes en power point que llegan a los correos, pero es la verdad, una verdad que quiero que la conozca. Una tía mía abortó a un ser inocente, sin defensa, sin posibilidad de una tutela, sin que usted le hiciera un artículo a favor de la hermana de mi mamá, justo a los 26 años exactos de su aborto, soñó con algo que le afecto bastnete, fue tal el impacto que tuvo, que a ella la tuvieron que internar a una clínica por un ataque de nervios, en su sueño vía la silueta de un hombre con sotana que le decía mamá, eso generó en ella unos tumores malignos, que los médicos le llaman cáncer.
Usted tiene su ideología, respetada en todo caso, pero sí creo que tocar un tema que es tan sutil de esta forma, es atentar contra la tradición de un pueblo que ha sufrido por la injusticia, que en vez de castigar a los culpables, terminan atentando contra el derecho natural de la vida a un ser inocente.
De todos modos, la grandeza de la nación, está en su diversidad de pensamientos, solo quiero que reflexione, y que este espacio que es cuna de lectura y educación para las gentes, no se convierta en un escenario para defender la injusticia.

Gracias,

Respetuosamente,

RAÚL VÉLEZ TAMAYO

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