sábado, 27 de junio de 2020

CARTA AL SEÑOR ALCALDE DE GRANADA - TODOS SOMOS UNO


En estos momentos coyunturales, donde la sensibilidad humana brota, se estremece y genera conflicto, donde todos los hechos o pensamientos son cuestionados, quizá porque tenemos más tiempo con uno mismo, porque el confinamiento genera estrés, ansiedad y malhumor, permite vernos como humanos, como seres “críticos” por naturaleza.

Y es que las redes sociales se han convertido en tribunal, donde los usuarios se convierten en testigos y jueces, donde cada uno defiende su posición (no la  verdad) con un vehemencia satírica e histriónica, que deja de ser un debate a convertirse en una comedia, un “programa real” donde nadie tiene la razón, pero no deja de ser divertido, ver como denigran de las personas sin tener el más mínimo contenido académico, o la juzgan sin conocer a ciencia cierta la dirección de los hechos.

Mi opinión se concentra entonces en la situación del Alcalde de mi Granada, que es mi alcalde, porque yo soy de Granada.  Se evidencias vientos hostiles para su gestión, lo critican porque hace y porqué no hace, porque ejecutó y porque faltó ejecución, una ironía que supongo que él conoce, todos no pueden estar satisfechos en este valle de lágrimas; y más cuándo nos dedicamos a ver los errores, y omitimos la nobleza de la gestión pública, el sacrificio que se tiene en el ejercicio de gobernar.

Entre tanto, sumo esta historia como un libro del “Cardenal” Vargas Llosa, que siempre ha puesto a los periodistas en un escenario bastante particular, los disponen como defensores de verdades a medias y enemigos de las mentiras a medias, que en este caso, es una tibiez conceptual y que no llega a nada.  A título personal me parece que el Alcalde ha hecho las cosas como lo dicen los que saben, obviamente también he expuesto mis posición frente a sus acciones, que es normal en un zoom politikón como yo, pero también veo que es valiente enfrentarse a tantas cosas que tiene el devenir político de un pueblo como Granada. 

Yo creo en la inocencia del gobernante, dudo mucho de sus seguidores, creo que hay gente que está cerca de él  en vez de sumar resta. Si el señor alcalde se equivocó, que lo defina un juez, el tribunal correspondiente para evaluar sus gestiones y acciones público; no pretendamos que nuestras palabras sean la última palabra, recuerden que si tienes cosas para decir haga la reflexión filosófica por excelencia: ¿Es importante? ¿Va a herir a alguien? ¿Tengo pruebas?. Un jurisconsulto dijo alguna vez: “Tráigame pruebas y os daré el derecho”, acto seguido, que los responsables de las acusaciones a nuestro mandatario se hagan en el debido proceso, no con los impulsos de muchos que tienen alguna afectación por la actual administración municipal.

El alcalde es un hombre noble,  tan humano como cualquiera, sé que profesa un importante cariño a Granada, y que lo que hace, lo proyecta siempre en favor de nuestra querida tierra. En función del desarrollo social, político, económico y territorial, me distancio de sus posiciones, pero también comprendo que él debe estar esperando que nuestras oraciones estén con él, porque independiente de su voto o su posición política él es el alcalde de Granada, él es quién representa a todos los granadinos.

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