martes, 22 de febrero de 2011

El trabajo

La sabiduría ancestral deja enseñanzas que perduran en le tiempo, metáforas que en el trasegar de la historia se han conservado por la importancia que tiene, pero sobre todo, por el valor cultural que deja, frases grandiosas como: “El que no trabaje que no coma” o la más notable frase del antiguo testamento referente al trabajo: “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”.

Poniendo como base primordial para la subsistencia del humano al trabajo, resulta paradójico encontrar comunidades reacias al empleo, el mantenimiento del equilibrio social, económico, cultural y político está en el desempeño de las actividades laborales.

El trabajo es el alma y esencia del futuro, no habrá futuro si hay comunidades ociosas y enfocadas a las dadivas estatales; el crimen más grande para la historia es la eliminación de los recursos de auto-desarrollo, es decir, negarse a un pasado prospero para ensimismarse en un presente quejambroso y desdeñoso.

La violencia deja desplazamiento, ruina, miedo, desconfianza y un sinfín de problemáticas constantes, pero entre ese conjunto de dificultades que ha dejado la guerra, el más atroz y el más descarnado es el asistencialismo, porque eso incentiva a des-culturalizar el sentido del trabajo, las gentes no trabajan porque todo es subsidiado o regalado, no es negar los regalos o los subsidios, sino saberlos administrar y no depender exclusivamente de ello.

Las cualidades de cada ser humano son diferentes, y apagar esas cualidades sería acabar con un futuro, reinventando una nueva forma mediocre de vivir. En el orden establecido por lo natural, el poder del trabajo ha transformado las condiciones de vida en la sociedad, el trabajo es la única manera de consolidar la unidad que integra todas las ramas de la vida.

Es preocupante que en Granada no le guste trabajar, para todo hay una escusa, deformando las intenciones del trabajo y deteriorando la pujanza que alguna vez nos hizo sentir orgullosos.

Aunque hay otros factores importantes que alimentan el desempleo en Granada, como el neo-esclavismo, esto no es más que la explotación laboral por causa de la necesidad, y en Granada se ve por todas partes, se trabaja bajo todo riesgo con un pésimo salario y sin la más mínima garantía legal, por eso la migración a la gran ciudad a mejorar sus condiciones.

En esta ambigüedad de las condiciones laborales en Granada, no existen políticas públicas claras para el trabajo, ni se busca mejorar las condiciones de laborales de la población en general; lastimosamente la imaginación se ha ido oxidando y no cuenta con la creatividad necesaria para salir de este meollo, y alternativas hay muchas, no solo en la construcción o en el servicio doméstico están las posibilidades de empleo, cada finca es una empresa, cada alternativa para el trabajo es el comienzo para superar esta crisis, la agroindustria es el futuro de la economía global, y Granada tiene todas las condiciones para acceder a ella, la unión de esfuerzos ha desatado el progreso en muchas comunidades.

El llamado es a fortalecer el trabajo productivo agrícola, uniendo esfuerzos sin excluir ideas, tramitar el sostenimiento de nuestra comunidad por medio de la economía.

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