Es necesario acotar a la doctrina política la importancia de la ideología conservadora como un camino para administrar el beneficio del individuo en una colectividad, esto nos lleva a retomar los principios históricos del conservatismo, retomar la teoría individualista Inglesa o la concepción Cristiana-Católica en el pensamiento latino.
Si bien los dos tienden a diferenciarse en su base, puesto que una aboga por el individuo en un colectivo, y la segunda aboga por una asamblea (Iglesia) que busca el beneficio de sus integrantes, pueden llegar a un común acuerdo, que es la preservación de las sanas tradiciones que tiene una comunidad y el statu quo como fundamento de orden y justicia, plataforma para la consolidación de un estado conservador.
La ideología conservadora se ha ido desfigurando en el transcurso de pensamientos modernistas que apagan la importancia de tener un orden filosófico establecido, y procura la abolición de ideologías para llegar a una unidad utópica, además, los medios de comunicación trasladan al concepto de ideología como un elemento anacrónico y desfigurado para el beneficio de las gentes; si bien es cierto que es importante buscar un consenso entre diferentes pensamientos, el conservatismo busca el beneficio de esas diferencias que hay en los grupos sociales, para no concluir en una desorientada idea de lo político basada en el beneficio de pocos aprovechándose de los muchos, sino por el contrario, buscar el beneficio de las mayorías asimilando responsablemente la apatía de las minorías, sin excluirlas del mapa político en el que se encuentra.
La visión política más sana está en el desarrollo de la moral social, la civilización y la cultura, siendo estos los pilares fundamentales para la sana convivencia y la reconciliación entre los individuos y las comunidades, y estos son los ejes transversales para el ideal conservador, por tal motivo, tener una comunidad organizada, civilizada y culturalmente activa, genera un Estado con capacidades de auto sostenibilidad y consecuente con las exigencias de la comunidad.
El respeto por las leyes naturales y divinas es fundamental para poder llegar a la verdad, siendo esta el camino para la libertad, si no hay verdad no hay vida, y la vida es la madre de todos los derechos, con la vida se puede ejercer la libertad, siendo esta el respeto por el derecho ajeno, enmarcado en la constante reciprocidad que debe haber en las comunidades, el individuo es libre siempre y cuando respete la libertad del otro, esto se puede llamar disciplina política, la imposición de ideas hace que la política se transforme en un poder débil y enfermo, propicio para su propia destrucción, es por eso que el conservatismo cristiano tiene a reconocer la diferencia del otro con tolerancia y respeto, pero sin perder la identidad en su colectivo.
Ser conservador no es ser de derecha, sino estar con el derecho, esa concepción anacrónica de derecha e izquierda genera unas brechas entre las gentes o polariza las comunidades, los de derecha hablan de una disciplina de perros, y los de izquierda no tienen definido un inventario de ideales concretos para reforzar su filosofía. Ahora bien, el nuevo orden establecido para concretarse como conservador, debe estar regido por el imperio de la ley, el conservador debe ser respetuoso de la ley, pero siempre y cuándo este genere justicia social.
El estado conservador imita el estado teorizado por Santo Tomás Moro, estableciendo una jerarquía social, respetando la autoridad y fundados en la familia como núcleo de una sociedad, regido por un estado nacional, entendido este como el ente que regula todos los rasgos antropológicos que tienen las comunidades en un espacio determinado por territorio y leyes.
Los conservadores no son una logia excluyente, ni un grupo cerrado negado a cualquier otra doctrina, el hecho es que para ser buen conservador latino debe ser buen cristiano-Católico, es contraproducente encontrarse a un conservador que no practique la doctrina cristiana romana, puesto que de ahí se desprende la filosofía social de nuestra ideología, pueden existir personas que no siendo católicos pueden apreciar este pensamiento, pero no se pueden llamar conservadores, el orden establecido por DIOS es la regla por la cual se dirige la funciones políticas conservadoras.
La filosofía política conservadora, o la ciencia política conservadora, como lo comprenden los santos de la Iglesia como Santo Tomás de Aquino, debe estar regida por los principios divinos y no comandado por funestos ideales materialistas que deterioran el beneficio del colectivo para transformarlo en vasallos de la ignominia y el fratricidio, igualmente San Agustín de Hipona, implora por la organización social en un estado Divino regido por hombres creyentes en un ser superior al poder terrenal, implorando la conservación del reinado social de Nuestro Señor Jesucristo, que tiene la enseñanza de beneficio al prójimo y el respaldo a lo colectivo, ese es el punto neurálgico de la ideología conservadora, porque ésta es una administración del deseo del hombre, o de los hombres.